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  El Estudio Bíblico Inductivo
 

EL ESTUDIO BIBLICO INDUCTIVO

1. EL ESTUDIO BIBLICO Y OTROS USOS DE LA BIBLIA

Después de aprender a estudiar la Biblia los estudiantes a veces dicen: "Ahora estoy seguro de que puedo descubrir por mí mismo lo que Dios dice y lo que quiere significar. Pero o puedo hacerlo todos los días. Dedico 30 minutos a mi encuentro con Dios, y la mitad de este tiempo es para la oración." La mayoría de las personas probablemente no estudian la Biblia durante su momento devocional. Generalmente meditan en ella. Habría que planear una hora separada para el estudio, ya que éste requiere una mayor concentración y disciplina mental y un período más prolongado que la meditación o la mera lectura.

Estos tres usos de la Biblia (la lectura, el estudio y la meditación) se superponen y son interdependientes en forma natural. Pero el propósito inmediato de cada uno difiere de los otros.

La lectura bíblica es el rápido repaso de una porción larga, una unidad de varios capítulos, todo un libro o aun varios libros en serie. Esto es importante para tener un panorama a vuelo de pájaro de los grandes movimientos de Dios en la historia, o de lo que él ha dicho y hecho en su totalidad. No buscamos detalles, sino ideas y tendencias generales.

El estudio bíblico es el análisis de una porción definida de la Escritura, a fin de percibir el significado más profundo. Observamos cómo los detalles encajan en el todo, como se relacionan las partes entre sí y por qué el autor dice lo que dice en este contexto.

La meditación bíblica consiste en pensar sin apresuramiento en un versículo o una idea de una porción de la Escritura. No es un ejercicio intelectual, sino una exposición y respuesta personales al Dios vivo. El propósito es recibir bendición y ayuda directamente de Dios. La meditación no depende conscientemente de métodos de estudio, pero siempre es beneficiada por ellos.

EL ESTUDIO Y OTROS MEDIOS DE APRENDIZAJE.

Estudiar es aplicar la mente, disciplinada y conscientemente, a adquirir y retener conocimientos. Lo mismo que otras habilidades, el estudio exige el empleo de ciertas técnicas y demanda una práctica constante para que sea cada vez más fructífero.

El estudio personal debe ser complementado por otros medios de aprendizaje disponibles como escuchar a otros, leer libros, experimentar etc. Debemos evaluar la evidencia por nosotros mismos y luego sacar conclusiones.

La intuición, la imaginación, la memoria y la razón están todas naturalmente envueltas en el estudio bíblico. Muchas implicaciones (verdades ocultas) de declaraciones explícitas (verdades evidentes) se extraen sólo por el uso de la imaginación y la intuición. Lo que hay entre líneas, entendido correctamente, es tan inspirado como las líneas mismas. Y a menudo más inspirador.

Sin embargo, la excesiva concentración en cualquiera de estos medios con exclusión de los otros lleva a un desequilibrio en la comprensión. La intuición sola conduce a un peligroso subjetivismo; la imaginación sola, a la fantasía. La memoria sin aprehensión es improductiva. La dependencia de la sola razón cegará nuestros ojos a gran parte del contenido de la Biblia.

La Biblia entregará su verdad más profunda sólo con un estudio honesto. La iluminación de la Palabra de Dios por el Espíritu Santo no excluye la necesidad de técnicas para el estudio. Después de todo, la revelación divina de la verdad no eliminó la necesidad de que Lucas y otros escritores bíblicos investigaran y estudiaran a fondo los materiales que habían reunido. (Véase Lucas 1:1-4 y Juan 20:30-31).

Desde que el Espíritu Santo ha dispuesto darnos la verdad de Dios en forma literaria, debe haber tenido la intención de que con su ayuda empleáramos el análisis literario como una de las claves para descubrir su mensaje.

Los escritores bíblicos, como otros escritores, comunicaron sus mensajes por medio de temas seleccionados, ciertas palabras y frases, énfasis especiales, elección de la construcción gramatical, arreglo de ideas e imágenes verbales que nuestras mentes pudieran captar y retener. Por estos medios expresaron sus ideas en forma precisa y memorizable. Las enseñanzas de Jesús son ejemplos especialmente notables. El Sermón del Monte es sólo uno entre muchos.

EL METODO INDUCTIVO Y OTROS METODOS DE ESTUDIO.

El método inductivo no es nuevo, aunque el término pueda serlo para algunos que ya han estado usándolo. (¡Uno de estos amigos lo llamaba con bastante exactitud "el estudio bíblico detectivesco"!) De hecho podemos observar a Dios mismo utilizándolo en su primer diálogo registrado con el hombre. En Gn. 3:9-14, el Señor Dios le hizo a Adán una serie progresiva de preguntas que llevaron a éste a verbalizar y explicar su situación, a entender por sí mismo lo que realmente había sucedido, y luego a ver las conclusiones válidas. (Compare la conversación de Jesús con sus discípulos cerca de Cesarea de Filipo en Mt 16:13-20)

LO QUE ES EL METODO INDUCTIVO DE ESTUDIO BIBLICO:

El método inductivo es el procedimiento de aprender mediante la observación de una serie de hechos para sacar luego una conclusión general (yendo de lo específico a lo general). Insiste, por lo tanto, en que al acercarnos al tema o texto abandonemos las ideas preconcebidas y las conclusiones aceptadas. Ello no significa que no podamos consultar ayudas como comentarios, diccionarios, atlas, etc., pero que lo haremos sólo después de nuestra propia investigación. El procedimiento consta de tres pasos:

1.      Observación de los hechos: se nota lo que dice el texto, no nuestra memoria o sentimientos o fantasías.

2.      Interpretación de los hechos: se determina el significado de los hechos observados para ver lo que el autor quiso que sus lectores originales entendieran.

3.      Aplicación de la conclusión: se acepta personalmente la verdad descubierta y se responde activamente a ella.

Hay muchas guías para el estudio bíblico que hacen una distinción entre el método inductivo de estudio y otros métodos (el "biográfico", el "teológico", el de "examinar-explicar-expresar", es de "ver-juzgar-actuar". Pero un examen de estos procedimientos revela que la mayor parte de ellos son adaptaciones y variaciones del método inductivo. Bien entendido, el método inductivo es un enfoque básico del estudio de casi cualquier tema. Lo usan los científicos, los psicólogos, los historiadores... En un taller, un ingeniero civil que trabaja con el Departamento de Caminos, exclamó: "Pero si yo lo uso continuamente, examino los hechos que tengo a mano, decido a qué equivalen, y luego aplico la conclusión al problema que tengo entre manos".

LO QUE NO ES EL MÉTODO INDUCTIVO

Hemos hallado interpretaciones tan increíblemente erróneas del método inductivo de estudio bíblico, que las enumeramos aquí para aclarar la atmósfera. Compárense con la definición anterior.

·        Algunos piensan que se trata simplemente de preguntar: ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Y que? Aparentemente no comprenden que éstas son meramente las preguntas iniciales para descubrir los hechos y su significado.

·        Algunos lo consideran primordialmente como el uso de técnicas de estudio personal o de la dinámica de grupo. Desde luego, ese énfasis sobre instrumentos y habilidades puede sofocar la comunión espiritual.

·        Algunos creen que es una discusión no dirigida sobre un texto bíblico, sin consideración del contexto o sin una exégesis adecuada. Es cierto que algunos llamados estudios bíblicos consisten en un volcar opiniones personales y/o un compartir de ignorancia sin tomar en cuenta la interpretación histórica u otra interpretación autorizada.

·        Algunos sostienen la no menos errónea concepción contraria de que es la manipulación del grupo por el guía mediante preguntas dirigidas a llevar a los miembros a sus propias conclusiones predeterminadas.

Desde luego, éstas son caricaturas del método inductivo. El dar énfasis a una parte del proceso de aprendizaje perdiendo de vista las otras partes, provoca tergiversaciones. Tales malentendidos a menudo surgen del abuso o el mal uso de la función directiva:

·        Dirigentes mal preparados que tontamente esperan que el Espíritu Santo compense su holgazanería o descuido con una inspiración instantánea.

·        Dirigentes ignorantes que no saben conducir a otros al descubrimiento de la verdad por sí mismos.

·        Dirigentes sin imaginación, que usan las mismas preguntas generales para cualquier pasaje de la Escritura.

·        Dirigentes que equivocadamente creen que su preparación es adecuada sin necesidad de comparar comentarios u otras autoridades.

·        Énfasis indebido sobre el "proceso democrático" de instar a cada miembro a dar su opinión, como si el fin principal de un grupo de estudio bíblico fuera la participación de la totalidad de sus miembros.

VENTAJAS DEL MÉTODO INDUCTIVO PARA EL ESTUDIO PERSONAL

Mas adelante consideraremos las ventajas del estudio en grupo. Aquí resumimos sus beneficios en el estudio básico.

·        Es una manera universalmente válida y primordial de examinar la literatura bíblica o cualquier otra literatura clásica.

·        Pone en manos del individuo herramientas para excavar por sí mismo las minas de oro de la Escritura.

·        Da libertad para aprender del Espíritu Santo al cooperar con él en el estudio.

·        Respeta la integridad y los recursos divinos que uno tiene en si para discernir y aplicar la verdad.

·        Pone un fundamento firme para las convicciones personales sobre la fe bíblica y para la confianza en la vida cotidiana.

COMPARACIÓN CON EL MÉTODO DEDUCTIVO DE ESTUDIO

Otro enfoque básico del estudio bíblico es la deducción, es decir, el empezar con una proposición o conclusión general y luego aportar hechos que la apoyen. La predicación o enseñanza por medio de conferencias a menudo responde a esta descripción. Por ejemplo, un predicador en su exhortación expresa que los creyentes tienen importantes responsabilidades mutuas, y luego cita los muchos mandamientos del Nuevo Testamento que atañen a la relación de "unos a otros" en la comunidad cristiana.

El enfoque deductivo es útil, porque reúne información y percepciones de toda la Biblia, no sólo de un texto. Esto naturalmente requiere una comprensión más vasta y profunda de la Biblia. Es más adaptable a los estudios temáticos o doctrinales, mientras que el enfoque inductivo es más adaptable a los estudios textuales. Es necesario en la enseñanza de la doctrina bíblica a los principiantes que tienen poco o ningún conocimiento mental en la fe cristiana. Compárense los catecismos o los manuales denominacionales para candidatos a miembros de la iglesia.

El predicador o el maestro efectivo de la Palabra dedican tiempo a la consideración de la mejor manera de comunicar su mensaje de modo que otros sean envueltos mentalmente paso a paso. Puede usar el enfoque deductivo e el inductivo, pero sabe cómo estimular a sus oyentes a relacionarse activa, aunque silenciosamente, con el pasaje bíblico. Así su auditorio responde, aunque no audiblemente, con un periódico: "Si, así es", o "Desde luego, eso tiene sentido."

EL ENCUENTRO BIBLICO Y OTROS MODELOS DE COMPAÑERISMO

Hay otros modelos de comunión bíblica, otras maneras de reunirse como creyentes de Jesucristo. Muchos hallan su inspiración en el culto de los cuáqueros en su forma original. No hay un guía designado. Se reconoce como guía al Espíritu Santo. Todos se sientan expectantes con sus Biblias abiertas y hablan según él les da percepción e inspiración.

Una variante es leer en voz alta un pasaje escogido, y luego dejar que cada uno lo comente sin la dirección de un guía determinado. Otros hallan iluminación en discutir un hecho común en todos sus aspectos, y luego volverse espontáneamente a diversas partes de la Biblia que iluminan o corrigen su pensamiento.

Estos modelos requieren participantes maduros y personas que tengan, por lo general, un conocimiento práctico de la Biblia. De otro modo el grupo puede ser dominado por unas pocas personas o por un pesado subjetivismo. A menudo estos modelos de comunión no son tanto grupos de estudio bíblico como de meditación bíblica.

Un genuino encuentro bíblico es a la vez un grupo de comunión, especialmente cuando los participantes están unidos por la expectación de que Dios les hable, la humildad para escuchar y participar, y la disposición a ser cambiados.

Las siguientes son algunas de las ventajas más obvias del método inductivo en los encuentros bíblicos: 

·        Envuelve totalmente la mente de los participantes, manteniendo su interés.

·        Es comunicación más precisa, permitiendo la clarificación inmediata de conceptos erróneos. Capacita al guía para notar a cada paso las reacciones y obstáculos para la fe.

·        Es investigación personal, que permite a las personas el gozo de descubrir la verdad por sí mismas en lugar de escucharla de otros. Esta verdad se torna más significativa, es retenida más tiempo y estimula el estudio personal.

·        Hace justicia al texto, puesto que consiste en permitir que la Palabra de Dios hable por sí misma. Cualquier conflicto de opinión puede ser resuelto más fácilmente refiriéndose al texto, aun cuando algunos participantes no acepten la autoridad de la Biblia. Porque se supone que el grupo ha acordado estudiar el texto.

·        No depende de profesionales o dirigentes con preparación teológica. El guía no pretende ser una autoridad. El también es un aprendiz. Esto no lo excusa si no se prepara bien, pero el hecho es que el guía no tiene que tener miedo de decir que no sabe. Puede sugerir maneras de encontrar una respuesta antes de la próxima reunión.

·        Permite que el Espíritu Santo enseñe al grupo a través de sus propios miembros cuando alguno de ellos recibe de él alguna percepción.

·        Finalmente, en la evangelización es un medio objetivo y atrayente de estudiar el cristianismo básico con nuestros amigos no-cristianos. Es un esfuerzo realista y sostenido para ganarlos para Cristo, porque el ritmo puede adaptarse fácilmente a los individuos. La respuesta espiritual depende de muchos factores intangibles, no solamente de que se obtenga información correcta.

2. ¿POR QUÉ ESTUDIAR CON OTROS CRISTIANOS?

En el Grupo Bíblico Universitario de Corea se ha calculado que las tres cuartas partes de los varios millares de miembros proceden de un ambiente no-cristiano. Un programa de encuentros bíblicos conducidos por estudiantes, clases bíblicas semanales por los profesores, y conferencias bíblicas constituyen la labor más vigorosa que hemos visto en parte alguna. En el primer período se concentra en la "pesca" de nuevos contactos para Cristo. Durante el segundo periodo se concentra en el "apacentamiento" de los jóvenes corderos.

Los dirigentes no dan nada por sentado en el "cuidado posnatal intensivo". Los cristianos más antiguos se preparan para ser pastores, comenzando como "pastores internos" y aprendiendo a cuidar de las ovejas del rebaño bajo la dirección de Aquel que es el Pastor principal.

PASTORES LOS UNOS DE LOS OTROS

Los escritores del Nuevo Testamento dan énfasis al constante cuidado pastoral mutuo de los creyentes. Diseminados en todas sus cartas a las nuevas iglesias, aparecen mandamientos en los cuales se emplea la expresión "los unos a los otros".

De modo que cuando los cristianos se unen en un encuentro bíblico el propósito es edificarse unos a otros de diversas maneras. No somos santos que queremos impresionarnos unos a otros con nuestro conocimiento bíblico superior y nuestro agudo discernimiento espiritual. Todos somos pecadores redimidos que nos preocupamos por nuestro común crecimiento y madurez. Nuestro mutuo cuidado pastoral es directo e indirecto, mediante la palabra personal de un hermano, mediante la implantación de un pensamiento del texto como una semilla, mediante las oraciones los unos por los otros, mediante el clima sanador de amor inspirado por la presencia personal de Jesús.

Los encuentros bíblicos pastorales (EBP) no son un lujo para nosotros, sino una necesidad. El estudio regular, cooperativo y objetivo de la Palabra de Dios impedirá que nuestra comunión se convierta meramente en una reunión social. Debe ser regular, porque necesitamos la disciplina de grupo. Cooperativo, porque necesitamos la ayuda unos de otros. Objetivo, porque necesitamos certidumbre.

Debiéramos aprender a enseñarnos y aconsejarnos unos a otros. Esto es lo que Pablo deseaba siempre para los jóvenes cristianos: "Estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros" (Ro 15:14). Podemos hacer esto básicamente con la Palabra de Dios, no con la sabiduría humana por sí sola. Porque "la ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma... hace sabio al sencillo... los mandamientos de Jehová... alegran el corazón... da luz a los ojos... somos amonestados con ellos" (Sal. 19:7-11).

En el estudio bíblico pastoral no sólo nos enseñamos y aconsejamos unos a otros. También buscamos estimular mutuamente nuestros dones. Por eso también estudiamos la Biblia cooperativamente: "A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef 4:12).

EL PELIGRO DE SER ARTIFICIALES

Los encuentros bíblicos pastorales pueden convertirse en algo artificial cuando la gente asiste con ideas preconcebidas y sus propias apreciadas conclusiones sobre el pasaje. No hay frescura en el enfoque y la actitud. No hay disposición para hacer nuevos descubrimientos.

A veces son artificiales porque las personas no quieren admitir sus necesidades personales a la luz de la Escritura. (¡La Palabra de Dios puede ser muy molesta!) Pueden tener una buena compresión intelectual del texto, pero eluden la aplicación práctica a sus vidas. Hemos estado en estudios en que la gente se concentra en detalles textuales y diferencias teológicas. O pasa demasiado tiempo cuestionando la pregunta, analizando sus presuposiciones en lugar de ceñirse a la Palabra de Dios y permitir que ella se apodere de ellos.

"¡Atrévete a ser un pecador!" dijo Martín Lutero. Correctamente entendida, ésta es una verdad liberadora. Nos libera de pretensiones y de exhibir una falsa imagen. No tenemos miedo de admitir que dependemos totalmente de la gracia de Dios para la vida diaria así como para la salvación eterna. Tampoco tememos confesar que necesitamos la ayuda de hermanos y hermanas. Somos libres también para compartir la bondad de Dios en nuestras vidas. Libres para regocijarnos en su bondad para con otros. No tememos ser corregidos, ni vacilamos en hablar a otros de verdad en amor.

EL PELIGRO DE QUE EL GRUPO SE ENCIERRE EN SI MISMO

La comunidad cristiana nunca es un fin en sí misma. El arzobispo William Temple dijo una vez: "La iglesia es la única organización en el mundo que existe para los que no son miembros de ella." Nos reunimos para estudiar la Biblia porque ella nos muestra cómo trabajar juntos para cumplir el ministerio mundial de la iglesia.

A no ser que tengamos bien clara la visión del perdido mundo de Dios y de la divina acción salvadora en su favor, nuestra comunidad de estudio bíblico pastoral se convertirá en un "ghetto" cristiano, una mera seguridad sociológica contra un ambiente hostil.

En cierta universidad preguntamos dos cosas a los cristianos: ¿Qué piensan sus compañeros acerca de Jesucristo? y  ¿Qué piensan acerca de sus compañeros cristianos?

Naturalmente, Jesucristo alcanzó una calificación más alta que sus seguidores. Pero lo que revelaron claramente las respuestas fue la pobre imagen que los cristianos tenían de sí mismos. La mayoría de las respuestas eran o negativas o neutrales, o proyecciones defensivas de sí mismos. ¡Los cristianos tenían una mentalidad de "ghetto"! No es extraño que allí hicieran solo una débil impresión sobre los no cristianos.

El último grupo de estudio bíblico y oración en que participamos hacia el fin de nuestra carrera estudiantil, al principio parecía igual a los anteriores. Pero después de algunas semanas algo empezó a diferenciarlo. Los ocho o diez participantes no queríamos perder ni una reunión. Mirando ahora hacia atrás, sabemos qué fue lo que era diferente. Dos cosas se destacan: En esa comunidad espiritual teníamos libertad para enseñarnos y aconsejarnos unos a otros, y Dios tenía libertad para mostrarnos su amor y su voluntad para su perdido mundo. Hoy ocho de nosotros estamos diseminados en seis países, sirviendo de diversas maneras a los propósitos divinos. ¡Cuán agradecidos estamos al Señor por aquella comunidad de estudio bíblico!

Elton Trueblood en su libro "The Incendiary Fellowship" (La comunidad incendiaria) sugiere en el título lo que es un grupo cristiano saludable. Un grupo de estudio bíblico pastoral que está descubriendo cuáles son los propósitos de Dios para su mundo, no puede permanecer frío hacia ese mundo. Pronto se ve inflamado por el ardor del Espíritu, y su fuego empieza a calentar a otros a su alrededor.


 
 
   
 
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