Base Bíblica: Mateo 6:19-34.

Millares de personas en todo el mundo están preocupadas hoy día por alcanzar bienestar en todos los órdenes. No obstante, la búsqueda de ese fin les lleva por muchos caminos, y uno de ellos—el más común—es el distanciamiento de Dios. Dejan de lado las riquezas espirituales porque les interesa más lo tangible que aquello, que aunque es importante, no pueden palpar.

 1.- Las riquezas materiales no deben ocupar nuestros esfuerzos (v. 19).

    a.- Las riquezas materiales son frágiles (Lea Isaías 51:8).

    b.- Las riquezas materiales motivan la envidia y ambición de otros.

    c.- Las riquezas materiales estimulan la autosuficiencia.

 2.- Las riquezas espirituales deben ocupar nuestros esfuerzos (v. 20).

    a.- Las riquezas espirituales son eternas (Lea Salmo 102:26).

    b.- Las riquezas espirituales se aplican en la dimensión material pero también en la dimensión de Dios.

 3.- La escogencia de la verdadera riqueza depende de nuestro corazón (v. 21).

    a.- Si nuestro corazón está en las riquezas materiales, experimentará:
Ansiedad, preocupación, incertidumbre, inseguridad, desorientación e incluso, enfermedad física.

    b.- Si nuestro corazón está puesto en las riquezas espirituales, desarrollará confianza:
En el intelecto, la voluntad, la conciencia y las emociones.

 4.- Nuestra verdadera prioridad debe ser la verdadera riqueza.

 1.- Es importante que se produzca una transformación en la percepción que demostramos por las verdaderas prioridades (v. 22).

    a.- La forma de pensar ejerce influencia en todo el cuerpo.

    b.- La forma de pensar ejerce influencia en nuestras acciones.

 2.- Nuestra percepción se reflejará en la escogencia equivocada de las verdaderas prioridades (v. 23).

 1.- La escogencia de las verdaderas prioridades marcarán nuestra relación con Dios (v. 24).

    a.- El amor a Dios lleva a dejar en segundo plano las riquezas materiales.

    b.- El amor a las riquezas nos distancia de Dios (1 Timoteo 6:9, 1º).

 2.- Frente a las necesidades materiales, debemos desarrollar confianza en Dios (v. 25).

    a.- Dios tiene cuidado de todos los detalles (v. 26).

    b.- Dios no espera que estemos angustiados por la provisión (vv.27-30).

 3.- La escogencia de las verdaderas prioridades está ligada a una permanente dependencia de Dios (v. 31).

    a.- Preocuparse por la provisión, no honra a Dios. Demuestra que no confiamos en Él (v. 32).

    b.- Preocuparse por la provisión es propio de quienes no conocen a Dios (v. 32).

 4.- Sin andamos en el temor de Dios, Él se preocupará por nuestras necesidades. Las atenderá (vv.33, 34).

Cuando desarrollamos confianza en Dios, no nos ocupamos tanto de las riquezas materiales como sí de las espirituales, porque tenemos claro que Él—nuestro amado Señor—se ocupará de nuestras necesidades. Para Él nada hay imposible y sin duda nos dará aquello que necesitamos. Nuestra mira debe estar en la siembra para la eternidad, andando en el temor del Señor.