Establecimiento en el Ministerio
I. Encontrando un campo
Prudencia para elegir su campo, especialmente su primer campo, es de suma importancia. El primer campo tiene mucha influencia sobre el desarrollo del joven pastor. No es que uno debe preocuparse. Junto con el llamamiento divino vendrá la dirección de Dios para elegir su primer campo. Por eso, es imprescindible que pase tiempo en oración que el campo sea abierto por la providencia de Dios. La dirección de Dios vendrá a través de la obra del Espíritu en el corazón junto con los eventos externos. Las siguientes son algunas sugerencias para elegir su campo.
(1). Cada obrero de Dios debe estar entregado a Dios y dispuesto a ir a un campo misionero si es la voluntad de Dios. Nadie debe negarse a considerar esto porque su éxito y felicidad en la obra fluye en gran parte de estar plenamente convencido que está ubicado en el lugar elegido por Dios. Hay muchos campos misioneros abiertos al evangelio en el mundo. Aún en nuestro país (E.E. U.U) hay grandes grupos de inmigrantes que están esperando escuchar el evangelio. Es el plan de Dios que muchos de los llamados por él ocupan un lugar donde hay mucha pobreza e ignorancia. No está mal anhelar preeminencia en el ministerio pero es una equivocación pensar que sería más disponible por elegir un campo misionero específico en vez de otro. Muchas veces los misioneros en el extranjero disfrutan de más preeminencia que los que sirven en su patria. Muchos de los que disfrutan de reconocimiento son los que se fueron a un campo misionero lejano donde lucharon con dificultades y pocos recursos. A través de sacrificios e incomodidades ellos desarrollaron la madurez y el respeto de los demás. Algunos de los más útiles y elocuentes obreros de Dios son los que empezaron en un campo misionero donde experimentaron grandes obstáculos. En el ministerio igual que en la vida, "El que pierde su vida por causa de mí, la hallará." (Mateo 10:39) Hay quienes buscan grandes cosas para sí mismo y al final llegan a la nada.
(2). Si un siervo del Señor tiene que elegir entre varios campos debe ser prudente en elegir aquel que ofrece la más grande posibilidad de crecimiento. Hay pocas cosas más desconcertantes para un joven pastor que el de encontrarse en una iglesia que no conduce al crecimiento. Muchas veces es así en comunidades donde ya hay muchas iglesias y poco aumento de la población. Lo ideal es una iglesia donde la mayoría anhelan ver crecimiento en la iglesia y donde la población va en aumento. Así fue el plan de los apóstoles. Ellos se fueron donde había mucha gente. De igual manera, es posible que Dios nos llama a un campo donde no hay estas ventajas. En tal caso no se preocupe. Si uno llega al máximo de su potencia otros campos se van a abrir.
(3). El voto de la iglesia al llamar a un pastor debe ser unánime, o si no, la gran mayoría, para asegurar al pastor que él no va a enfrentarse con mucha oposición. Es importante que sea suficiente tiempo para ambos, el candidato y la iglesia, a conocerse bien. El candidato debe tener la seguridad de que la iglesia va a cooperar con él y ayudarle en llevar a cabo su ministerio. La iglesia también debe estar segura de que el candidato va a ser un pastor que pueden respetar y amar.
(4). El sueldo debe ser adecuado para sus necesidades y de conforme con lo que la congregación es capaz de ofrecer. Se espera que el pastor viva sobre un nivel económico más o menos igual al promedio de los hermanos de la iglesia. Se debe evitar, si es posible, hacer una ofrenda como sueldo porque entonces él quedará a la misericordia de la gente y los miembros quedan libre de cumplir con su deber. El Nuevo Testamento declara que el "obrero es digno de su salario." (Lucas 10:7) Mejor es aceptar un sueldo fijo que la promesa de ofrendas de vez en cuando.
Un verdadero pastor siempre está dispuesto tomar en cuenta las circunstancias de los cristianos de la iglesia. Si hay pobreza o desempleo, el debe estar dispuesto a sufrir con ellos con un buen espíritu. Un pastor debe poner el mayor ejemplo de acomodarse a sus circunstancias sin rezongarse.
(5). Los acuerdos entre el pastor y la iglesia deben estar bien aclarados y definidos. Tal vez no sería necesario que cada detalle esté escrito pero los asuntos principales sí. Esto promueve la armonía u evita desacuerdos. Cuando una iglesia extiende una invitación al candidato deben hacerlo junto con algo escrito que declara lo que la iglesia está dispuesto ofrecerle. Entre los asuntos deben estar los siguientes:
El salario y cuando será el pago.
Cuando él puede entrar como pastor de la iglesia.
Tiempos de vacaciones (no debe ser menos que cuatro semanas y él debe estar totalmente libre de responsabilidad.)
(6). En toda relación con la iglesia, el pastor debe esforzarse a quedarse digno de alto respeto de la gente. El no debe buscar el llamamiento de una iglesia como un político. A sí mismo, si una iglesia extiende un llamamiento a un candidato él jamás debe rechazarlo de tal forma que indique que él piensa que es digno de un puesto más alto. También si él está considerado por una iglesia, y luego es rechazado, no debe ofenderse, sino tomarlo como una indicación de que no era la voluntad de Dios.
II. Obligaciones que se debe aceptar al llegar a ser pastor de una iglesia.
Al aceptar el cargo de ser pastor se toma por sentado lo siguiente:
(1). Que el pastor está de acuerdo con la doctrina y práctica de la iglesia y está dispuesto enseñar y defenderlas. Es el deber del pastor enseñar y obrar de acuerdo con la enseñanza bíblica. Si él no está convencido que la enseñanza y práctica de la iglesia no está de acuerdo con la Biblia él está afuera de lugar para ocupar el púlpito de aquella iglesia. Si él cambia sus creencias en cuanto a doctrina y práctica mientras que está sirviendo una iglesia es su deber renunciar su puesto porque no puede seguir cumpliendo con el pacto que tenía con la iglesia al principio. Es hipocresía aceptar el cargo de ser pastor de una iglesia con la intención de cambiar la doctrina o práctica de la iglesia. De igual manera es injusto quedarse en el cargo de la iglesia si no puede defender y enseñar la doctrina y práctica de la iglesia.
(2). Se toma por sentado también que el pastor se encarga del bienestar espiritual de los de la iglesia como un cargo sagrado de Cristo. Si es así, él se dedicará a obrar y orar por su salvación. La obra maestra de su vida, a la cual todas sus aptitudes y todo su ser serán dedicados, será para la salvación de almas y la edificación de la iglesia. Si él acepta el cargo por un sueldo que ofrece o por la fama que puede brindarle, o pensando que será un escalón a una posición más exaltada, él es un falso. Si, mientras que sirve como pastor de la iglesia, él se permite ocuparse en otros intereses que quitan su energía del cargo sagrado, él será culpable de infidelidad.
(3). Se entiende también que él quedará fiel a su cargo de ser pastor del rebaño, no importa si la iglesia sufre adversidad o disfruta de prosperidad. Nuestro Señor, en Juan 10:11-12, hace fidelidad al rebaño la prueba del buen pastor. "Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor de quien no son propias las ovejas, ve venir el lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa." Cuando una iglesia pasa por angustias, no es indicación de que ya es tiempo para el pastor despedirse de ella. Al contrario, puede ser aun más razón por la cual quedarse. No será un buen pastor, aquel que abandona al rebaño cuando está en adversidad o peligro.
III. Ordenación
Conforme al Nuevo Testamento, sabemos que los oficiales de una iglesia están elegidos de entre sus miembros. Por eso, ninguna iglesia tiene derecho a ordenar a uno que no es miembro de la iglesia. Por eso, si un pastor acepta el cargo de ser pastor de una iglesia, entre las primeras cosas que él debe hacer es poner su membresía en la iglesia.
Cuando el concilio se reúne, una de las primeras cosas en la reunión debe ser el de escuchar el testimonio del joven pastor. Incluido en su testimonio debe ser un relato de su salvación y su llamamiento al ministerio. Después él debe presentar un discurso sobre sus creencias. Normalmente él entrega un bosquejo escrito de sus doctrinas. Después de su discurso, el que fue elegido a dirigir la reunión preguntará el concilio si ellos tienen preguntas que quieren hacer al candidato. Él debe estar preparado contestar las preguntas de la mejor manera.
Normalmente el concilio se constituye de miembros de la iglesia juntos con otros pastores que fueron invitados a participar. Ellos tienen derecho pedir que el candidato presente una licencia para predicar, si ésta le fue otorgada por la iglesia, su diploma del seminario, y otras cosas que indicarán que él ha hecho un esfuerzo en prepararse para el ministerio.
Al final el concilio se despide del candidato para consultar el uno con el otro y votar si es prudente aprobarle para el ministerio. Muchas veces la iglesia ya está preparada para proceder con las formalidades de la ordenación de manera inmediata. Algunos piensan, razonablemente, que la ordenación formal debe ser en otra ocasión por si acaso él no queda aprobado por el concilio.
La ordenación es un momento solemne en la vida de un pastor. Por eso, debe ser hecho después de mucha oración y observación del candidato. Constituye un compromiso por parte de ambos, la iglesia y el candidato. La iglesia se compromete a apoyarle y animarle. El joven pastor sentirá aún más la obligación de quedarse fiel al cargo sagrado que le fue dado. "No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio." (I Tim. 4:14)
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
1. ¿Qué importancia tiene para el jóven pastor elegir su primer campo?
2. Mencione los 6 aspectos a tener en cuenta al elegir su primer campo.
3. Mencione las obligaciones que usted acepta al llegar a ser pastor de una iglesia.
4. ¿Que representa la ordenación para el pastor y para la iglesia?
Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.com, Usado con permiso.