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  El Pastor y La Prensa
 

El pastor y la prensa

Antiguamente la gente de la iglesia no leyó nada más que la Biblia , y el púlpito constituyó el lugar más importante en la instrucción. No es así en el día de hoy. El diario, las revistas, las novelas y una multitud de material que sale de las imprentas han tomado el lugar de la Biblia. Aun en familias religiosas el teatro y la prensa rivalizan con el púlpito como las fuerzas vitales en controlar el pensamiento popular. Es en vano pelear en contra de ellos. Tenemos que aceptarlos como una parte de la vida moderna. El pastor sabio tiene que pensar en hacer algo para controlar esta potente fuerza inevitable de la prensa y hacerla servir en vez de lidiar en su contra. Con la debida supervisión este poder potente puede ser un suplemento al púlpito. Aquí hay algunas sugerencias.

El pastor debe asegurarse que cada familia suscribe a un buen diario cristiano. Esto es de suma importancia porque tal diario es una fuerza potente en educar los pensamientos religiosos y actitudes y enriquece y mejora la vida cristiana. Muchos pastores estarían asombrados si supieran que pocas familias de su iglesia reciben un diario cristiano y tantas que están leyendo de continuo publicaciones despreciables y moralmente destrozadas. La lectura habitual de ellos neutraliza la instrucción e influencia del púlpito. Las revistas y diarios son la lectura habitual de las familias y el pastor que es negligente en preocuparse por su lectura a menudo encontrará que es una de las fuerzas más destructoras obrando en su congregación.

El ministro inteligente y pensador, en su obra pública y privada, a menudo llamará la atención de la gente sobre libros buenos y usará su influencia en animarles a leerlos. Su gente, cargada con su trabajo y quehaceres de la vida, raras veces son capaces de juzgar el valor y las tendencias de la literatura ofrecida a ellos. Por eso, esperan que su pastor, quien es más educado e informado, les guíe en su selección de libros y revistas

La biblioteca de la escuela dominical también debe ser escudriñada a menudo para asegurarse que lo que ofrece es digno de la lectura de la gente. En una iglesia grande sería ideal tener un salón donde la gente puede venir a leer o tener una biblioteca con libros para prestar. Si es así el pastor debe nombrar algunos para formar una junta con el fin de supervisar la biblioteca.

El pastor también debe tener a mano folletos que son breves, simples que claramente explican el pecado, la redención, arrepentimiento, fe y libertades cristianos. Con ellos él puede despertar los indiferentes, guiar a los que buscan la verdad y animar a los creyentes que vacilan. Estos pequeños evangélicos al lado, son ayudantes de gran valor al pastor. El pastor siempre debe tener una cantidad en su oficina y llevarlos en su bolsillo cuando sale para hacer visitas. Hay tantos disponibles y tan económicos que ningún pastor debe ser negligente en usar lo que puede contribuir a su éxito.

Cada iglesia debe asegurar que su pastor tenga una buena cantidad de estas publicaciones. Algunas iglesias tienen la costumbre de proveer regularmente para estas necesidades. Ellos creen que el soldado no debe tener la obligación de comprar sus municiones. –traductor.

En el púlpito debemos tocar el tema de la lectura y libros y advertir a la gente a tener cuidado en guardarse de la mala influencia de la literatura sobre su mente y hogares. Muchos padres cristianos no se dan cuenta del peligro que ponen delante de su familia por la literatura que admiten en su casa.

El pastor también debe usar su influencia en los colegios y bibliotecas públicas para animarles a tener literatura sana cristiana en estas fuentes de opinión pública. Como un hombre educado y ministro del evangelio, es su deber hacer lo que pueda para prevenir la mala influencia de literatura indecente. Si él es negligente en esto es posible que las escuelas tengan instrucción que es dañina a las verdades cristianas. También él debe tratar de prevenir que los que dan discursos públicos no sean incrédulos que siembren mal estar en contra del evangelio. Ningún ministro debe ser indiferente al sentimiento público en su alrededor. Es el ambiente intelectual y moral en el cual viven los de su iglesia y que tiende a envenenar o purificar sus almas.

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN 

1. ¿Cómo podemos contrarestar los efectos de los medios en la vida del creyente?

2. ¿Qué importancia tiene que el pastor sugiere buenos libros a la congregación?

Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.comUsado con permiso


 
 
   
 
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