El Pastor Como Administrador
La función principal del pastor es la de desarrollar las fuerzas espirituales, mentales y sociales de la iglesia. En cada congregación hay fuerzas en estado latente que deben ser desarrolladas por el bienestar de todos, los que las tienen y por la iglesia. En este aspecto, el pastor es un teniente encargado de soldados. Es su deber entrenar, organizar y discipularlos. Si él quiere que los soldados peleen, él tiene que dirigir la batalla. Algunos pastores diligentes delegan cargas que deben ser llevadas por gente de la iglesia. Así el pastor queda libre para ocuparse en otras tareas. Es mejor para los miembros también porque tienen la oportunidad de desarrollar y usar sus dones. Uno de los vínculos más grandes en una iglesia es el sentimiento de ser colaboradores, cada uno con una tarea y una parte en la obra. Ningún miembro debe quedar como recipiente, no más, siempre recibiendo sin nada que puede compartir. La iglesia llega a la cumbre de la eficacia cuando cada miembro es un obrero consciente de la importancia de su obra. Mucha de la imperfección de la vida de una iglesia es debido al hecho de que, esta fuerza en estado latente queda sin desarrollo o, si está desarrollada, está mal dirigida. Por eso, tengo las siguientes sugerencias:
El pastor debe estudiar cuidadosamente a su gente para discernir y utilizar su talento. En cada contacto con la gente él llega a conocerlos mejor. Puede ser que uno manifiesta aptitud para enseñar y puede servir en la escuela dominical. Otro tiene un buen testimonio y liderazgo y puede conducir un estudio bíblico en casa de alguien. Otro tiene buen juicio y conocimiento para servir en administrar el dinero de la iglesia. Puede ser que otro tiene las calidades necesarias para dirigir actividades sociales de la iglesia. La meta del pastor debe ser que cada miembro tenga un lugar y una responsabilidad. Él debe convencer a los demás de la importancia de esta meta para que ellos también animen a los demás a encontrar y desarrollar su don. El pastor que trabaja con esta meta va a encontrarse pastoreando una iglesia activa, creciendo y feliz. A su vez, él no estará tan cargado que no puede disfrutar de tiempo libre con su familia. En muchos casos, el secreto de un pastor exitoso, ha sido que él supo encontrar, desarrollar y utilizar los dones de los hermanos en su congregación.
La organización de asociaciones en la iglesia para los distintos aspectos de la obra es otra manera de desarrollar y utilizar las fuerzas espirituales en la iglesia. Anteriormente hice mención de organizaciones literarias y misioneras. Quiero hacer mención de otras que son para la obra cristiana. Hay las que son compuestas de los jóvenes varones en la iglesia y otras compuestas de las señoritas. Su función es la de obrar entre los jóvenes y hacer todo lo posible para animarlos a quedarse fiel en la iglesia. Tales organizaciones también se pueden encargar con escuelas dominicales que son un anexo de la iglesia u otras esferas de la obra misionera. En una iglesia grande también es conveniente tener una organización para cuidar a los enfermos, otra para los pobres, y otra para buscar a los apartados y desanimados y traerlos de nuevo a la comunión con Dios y con la iglesia. Si la iglesia es lo suficientemente grande, es posible tener un grupo encargado de hacer visitas en un sector de la ciudad y otro para otro sector. Un pastor pensativo, administrando bien su obra, encontrará un sin fin de trabajos en el cual él puede utilizar los dones particulares en organizaciones de la iglesia. Hay una bendición doble en llevarlo a cabo. Los mismos obreros disfrutan en ser los mejores creyentes y más felices. Hay también una bendición para los que reciben el fruto de su obra. Sin embargo, hay dos cosas que debemos notar.
No debemos tener tantas organizaciones que resulte en un conflicto con las reuniones generales de la iglesia. Cada una debe respetar la suma importancia de las reuniones en conjunto con toda la iglesia.
Siempre deben estar bajo la supervisión del pastor y estar sumisos a su dirección. Por supuesto esto requiere cuidado y tacto por parte del pastor.
Para poder desarrollar las fuerzas en la iglesia es de suma importancia que el pastor discierna a los jóvenes que tienen habilidad intelectual y que les anime a estudiar y desarrollar su capacidad mental. La inteligencia es un don de Dios. Es una lástima cuando no está desarrollada. Debemos estar prontos en reconocer esta verdad y hacer a los jóvenes entenderla. Verá jóvenes en su congregación que, con educación adecuada, pueden ocupar puestos importantes y llevar al mundo influencia para hacer conocido a Cristo. Uno de los deberes más sublimes del pastor es el de fomentar en las mentes un anhelo de tener una buena educación y a facilitar tal fin de cada manera posible. Siempre debe animar a la gente a aumentar su conocimiento y no estar satisfecho a menos que algunos de los jóvenes de la iglesia llegan a estudiar en la facultad. Un ministro se desacredita si fracasa en desarrollar a su gente intelectualmente.
Otro fin importante es el de desarrollar dones que pueden servir en el ministerio. La escuela dominical, la reunión de oración y la obra en general van a manifestar estos dones. A veces hay jóvenes tímidos que tienen dones y tenemos que animares a desarrollarlos. El pastor debe estar vigilando y llamar a luz el poder en estado latente. Algunas palabras de estímulo a veces han encaminado a un hombre hacía a una vida de gran utilidad. Aparte de esto, hay mucho talento en la iglesia que puede ser usado en la predicación. Están los que tiene buen conocimiento bíblico y elocuencia que pueden servir de varias maneras sin renunciar a su trabajo. Hace falta el cuidado del pastor para buscarlos y encontrar una ocasión para que ellos usen sus dones. Así él puede multiplicar el evangelismo de la iglesia.
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
1. ¿Cuál es la función principal del pastor?
2. ¿Cuál es el deber del pastor con cada miembro de la congregación?
3. La meta del pastor con cada miembro debe ser ________________.
4. ¿En qué ayudan las organizaciones o ministerios en la Iglesia?
Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.com, Usado con permiso.