Avivamientos
Se puede decir que la historia de la cristiandad es una historia de avivamientos por los cuales la obra de la redención ha avanzada entre la humanidad. Hay razón por suponer que será así hasta el fin. El sueño de los hombres es que el evangelio avanzara a un ritmo firme. Tal pensamiento no está apoyado ni por la Biblia ni tampoco por la historia de la iglesia. En el pasado los avivamientos han sido épocas en que el mundo cristiano había avanzado a un conocimiento más claro de la verdad divina y un nivel más alto de la experiencia cristiana. Ha sido el proceso divino por el cual el evangelio ha vencido sobre los errores y pecados de los hombres y ha encontrado un desarrollo más completo en la conciencia y la vida de la gente.
El que estudia cuidadosamente la historia de la iglesia no puede menospreciar los avivamientos. Esto no quiere decir que un pastor debe esperar tener éxito únicamente o mayormente en estas manifestaciones de poder espiritual. Por regla general un avivamiento presupone decadencia, la cual un buen pastor trata de prevenir. Los pastores son constituidos para "perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo." (Efesios 4:12) Fidelidad y sabiduría en el pastor pueden mantener las fuerzas espirituales en la iglesia tan inspiradas que su vida espiritual no declinará. Así su espiritualidad será desarrollada y fortalecida de tal manera que habrá crecimiento y progreso de continua. Así era la iglesia del Pastor Carlos Spurgeon. Una iglesia sana manifestará de continuo lo que se ve en un tiempo de avivamiento. El Espíritu Santo de continua manifiesta su presencia y no merma la conversión de las almas. Esto debe ser la meta del buen pastor. Si es así un avivamiento no será la recuperación de lo perdido sino una aceleración del progreso espiritual y una manifestación aun más grande de la obra del Espíritu santo en la salvación de almas.
Es lamentable pero, en la manifestación común y corriente de la vida cristiana, la decadencia es muy a menudo un hecho. Por eso, le conviene el pastor saber promover avivamiento.
Es de suma importancia tomar en cuenta que un avivamiento genuino resulta de la presencia del Espíritu Santo. Aparte de él, es posible tener gran excitación pero no será un movimiento espiritual. Zacarías 4:6 dice que "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos." Debemos estar plenamente conscientes de esto y debemos buscar su presencia. A su vez, el Espíritu obra a través de seres humanos y según las leyes de la mente humana. Por eso, el uso de métodos débiles también es imprescindible Por eso, sugiero:
La vida cristiana de la gente raras veces va más allá del nivel espiritual del pastor. Es imprescindible que el alma del pastor esté en el Espíritu – humilde y ferviente. Gritería, entusiasmo y buena administración no pueden sustituir por la obra del Espíritu Santo en el alma.
Por regla general, un despertamiento de los incrédulos resulta de un avivamiento en la vida de los en la iglesia. Por eso, al principio, la predicación debe estar con el fin de escudriñar la experiencia y la vida de los creyentes. Por parte de ellos, hace falta un aumento en la piedad personal. La iglesia es "la luz del mundo" (Mateo 5:14) El impacto del evangelio sobre el mundo depende de la brillantez de esta luz.
Debemos animar a los creyentes a testificar fielmente a sus amigos y parientes inconversos. Con este fin podemos organizar juntas para visitar los miembros de la iglesia. Por supuesto, debemos tener cuidado en cuanto a los integrantes de estas juntas y su manera de trabajar.
Podemos tener reuniones especiales con el fin de despertar el interés de la gente en el evangelismo. Puede ser que parece que un golpe sobre el bloque no tiene efecto pero golpes sucesivos en el mismo punto lo rompe.
La manera de conducir reuniones espirituales se puede determinar por la dirección del Espíritu y la providencia de Dios. Si ya hay una abundancia de dones en la iglesia muchas veces es mejor no aumentar la predicación, sino tener reuniones sociales de varios tipos. Si hace falta de predicación, debemos preguntarnos si vale la pena buscar un evangelista o si fuese posible pedir la ayuda de otro pastor conocido o si el pastor mismo puede predicar. Todos estos métodos han sido eficaces. Si buscamos ayuda de afuera debemos tener cuidado en encontrar un hombre con el espíritu debido y una buena medida de sabiduría.
Tal vez se pregunta, ¿debemos comenzar una serie de reuniones cuando parece que no hay mucho interés en las cosas espirituales? Yo digo, a mí me parece que desde que hay reuniones con el fin de despertar interés en la templanza, o la política, igualmente debemos tener reuniones para despertar interés en verdades espirituales. En todo caso, el fin es el de aplicar la misma ley mental, o sea que lo más a menudo llamamos la atención a la mente de un asunto lo más probable es que su voluntad estará movida actuar. El Espíritu Santo obra en el alma de conforme a las leyes mentales. Por eso, es lógico que si de continuo hablamos de la obra de Cristo, el Espíritu Santo tiene más facultad para obrar. Desde que el evangelio de Cristo es el tema más sublime que puede ocupar la mente de la gente, es aun más razón por aplicar esta ley en llevar a cabo reuniones especiales. Así podemos fijar las mentes de la gente sobre este tema.
En una serie larga de reuniones espirituales hay algunos peligros serios que el pastor debe tratar de evitar. Hago mención de los siguientes:
Una excitación, hecha de hombres, con el fin de despertar sentimientos religiosos y no de profundizar la piedad. Semejante llamamiento a las emociones, aparte de la naturaleza racional, por regla general, resulta en una reacción desastrosa en la dirección de indiferencia y escepticismo. Muchos campos misioneros han sido quemados por estos pseudo avivamientos con resultado que son entre los campos más difíciles para la obra cristiana. Resulta que toda la religión es despreciable.
Reuniones especiales no deben ser con un fin secundario, - solventar deudas de la iglesia o fortalecer la aceptación de un pastor no bien recibido. Un fracaso es inevitable si buscamos avivamiento sin preocuparnos por la gloria de Dios o la salvación de almas.
Una tendencia a depender de reuniones especiales y desacreditar la debida función de la gracia. El hacerlo destruye la vida de la iglesia. El pastor no debe dar a la gente razón por pensar que un avivamiento es la esperanza más grande del creyente. Él debe animarles a disfrutar de continua de lo que la gracia de Dios les brinda. Algunos pastores dan a la gente razón por pensar que Dios obra en la salvación y santificación únicamente en tiempos de avivamiento. El efecto es destructivo. Por eso, no debemos dar a las reuniones especiales preeminencia.
Muchas veces reuniones especiales resultan en tensión nerviosa en el extremo y después hay una recaída. Debemos tratar de evitar esto. En la vida de una planta, el tiempo de mayor peligro es cuando está extraído del vivero y plantado en la tierra. Al faltar el calor y protección del vivero y estar expuesto al frío y ambiente del campo, decae y marchita si no tiene atención especial. La obra más difícil del pastor es después del avivamiento en el cuidado y instrucción de los conversos cuando faltan el estímulo del ambiente cristiano. A veces hay males que resultan en este tiempo que dan a la gente razón por desacreditar reuniones especiales y la obra de los evangelistas. En realidad, los males son por causa de la negligencia del pastor y la iglesia. En seguida debemos animar a los conversos a asistir a la escuela dominical y las reuniones de la iglesia. El debe llegar a conocer personalmente los miembros de la iglesia. Si hay un gran número de conversos el pastor debe pedir la ayuda de otros miembros fieles en dar atención a ellos. También debemos ocupar a los conversos nuevos en la obra lo antes posible.
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
1. Mencione dos ocasiones en las cuáles viene avivamiento.
2. ¿Para qué haya un avivamiento genuino, ¿Qué se necesita?
Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.com, Usado con permiso.