CÓMO RESPONDER A LOS ATEOS.
A. Yo no creo en Dios. La ciencia ha descubierto, hace ya mucho tiempo, que la hipótesis Dios o dioses fue una idea de gentes ignorantes que no sabían explicarse los fenómenos de la Naturaleza y los atribuían a seres imaginarios.
R. ¿Y es que nosotros podemos explicarnos las maravillas de la Naturaleza prescindiendo de Dios? La idea de Dios es, lo sé, una hipótesis, pero unahipótesis no sólo muy probable sino absolutamentenecesaria. El apóstol Pablo dijo: “Las cosas invisibles de Él, su eterno poder y divinidad se hacen altamente visiblesdesde la creación del mundo, siendo entendidas por mediode las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).Esta respuesta bíblica se puede ampliar presentando el ejemplo de cualquier construcción, o mejor a una maquinaria, la cual, aun cuando no conozcamos a suinventor o constructor, el mismo instrumento nosrevela de un modo innegable, que fue creada, primero, en la mente de un autor inteligente.
A. Esta eterna potencia y divinidad no existe, todo ha venido de la evolución de los elementos y de los seres vivos a través de miles de millones de años.
R. La evolución puede ser uno de los medios auxiliares de que Dios se sirvió para el perfeccionamiento del mundo y de sus criaturas vivas; pero deningún modo puede ser el motivo o causa de su existencia; pues se ve de un modo demasiado patentela sabiduría y designio, detrás de todas ellas. El salmista David escribió con mucha razón: “¡Cuángrandes son tus obras, ¡oh Señor!, hiciste todas ellas consabiduría, la tierra está llena de tus beneficios”. Asimismoleemos en el Salmo 19: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y la expansión denuncia la obra de sus manos”. El argumento de organización por evolución estábasado en la casualidad y hay muchas cosas en el orden de la Naturaleza demasiado bien dispuestaspara ser producto de la casualidad. Una evolución no dirigida por una mente sabia y poderosa se habría destruido a sí misma, pues por cada resultado acertado diez mil no acertados habrían hecho nulo elacierto. Es posible que por casualidad se formen enmiles de años, dentro de cuevas gotosas, estalactitaso estalagmitas calcáreas, que pueden tener un tosco parecido con las figuras escultóricas creadas por elarte humano. Pero no podríamos pretender hallar una Venus de Milo, o un Moisés de Miguel Ángel, formados en una de tales grutas, por efectos de la acumulación casual de los productos calcáreos que arrastrael agua.
A. Es que en muchos millones de años todo es posible.
R. Es posible todo aquello que no revele un claro propósito, producto de inteligencia, como el ejemplo antes citado de las estalagmitas y estalactitas. La casualidad puede haber dado lugar en un ser humanoa una verruga, o una peca, pero formar un ojo, con todo el arte y designio intencionado que aparece en el maravilloso instrumento de la visión, es imposible, ni en un millón ni en cien millones de años.
A. Bueno, son las leyes de la Naturaleza.
R. ¿Y a quién podemos atribuir tales leyes? La ley requiere siempre un legislador que haya pensado los pros y los contras. Las leyes naturales requieren un Legislador que las haya dispuesto y ordenado con algún propósito útil, o con varios propósitos útiles a la vez, y esto es aún más admirable.
A. Hay una gran diferencia entre las leyes civiles y las naturales, las leyes naturales son propiedadesde la Naturaleza.
R. ¿Y por qué habrían de serlo? Usted sabe que lamateria está formada por electrones y protones de energía. ¿Quién dispuso que los protones y electrones se asociaran en la forma que los hallamos en la Naturaleza para formar el átomo. Y luego que se asociaran los átomos, no en un conglomerado informe, sino de manera que han resultado útiles para la construcción del mundo, y más tarde de los seres vivos? Por ejemplo: Que dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno formen el maravilloso elemento que llamamos agua, no es casual. ¿Por qué? Porque el agua tiene una multitud de propiedades muy útiles para el propósito final del Creador, que era la vida en nuestro planeta. No menos maravilloso es que dos átomos de oxígeno y uno de nitrógeno formen este gas admirable que llamamos aire, que cumple nada menos que seis objetivos maravillosamente beneficiosos, como son: purificación de nuestros pulmones, transmisión del sonido, alimentación ambiental de las plantas, y sobre todo la separación del abundante vapor de agua que alguna vez envolvió totalmente la tierra, y más aún que seansu moléculas totalmente transparentes e invisibles, apesar de estar más apretadas y ser más pesadas que las del vapor, para permitir a los seres vivos el magníficofenómeno de la visión.
A. Sí, son todos estos detalles y cualidades del aire muy beneficiosas y útiles, pero es la Naturaleza que lo ha hecho así.
R. Pero yendo al fondo de la cuestión, no existerazón alguna para que se hallen combinadas las cosas de un modo tan acertado. Por esto algunos llaman ala Naturaleza, la “sabia Naturaleza”. Pero si tiene el atributo de “sabia” no puede ser meramente el conjunto de materia inerte que nos rodea, y que analizamos con nuestros sentidos, pues la materia inerte, por sí sola, jamás se habría combinado de un modo inteligente. Debe haber detrás de la materia inerte algún Poder supremamente sabio que lo organizó según lo vemos y observamos. De ahí que sea bien acertadala exclamación del poeta bíblico: “¡Cuán grande son tusobras, oh Jehová, hiciste todas ellas con sabiduría!”
Otro poeta y científico, más reciente, lo expresó con mayor detalle en versos actuales diciendo: “Vemos las cosas grandes (mundos, montañas, mares) formadas de cosas pequeñas (arena, moléculas, gotas) y las cosas pequeñas (átomos y bacterias) formadas por cosas más pequeñas (electrones, iones) hasta que al fin aparece Dios detrás de todas ellas”. Otro escritor inspirado decía: “Por fe entendemos que el universo fue enteramente organizado por la Palabrade Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de cosas novisibles”.Con todos los descubrimientos de los últimos dos siglos, los sabios han venido a decirnos que la materiaen su última esencia es mucho más etérea, mucho más semejante al espíritu que lo que se suponía antes. La relación de la materia con el atenerse sólo a lo tangible, negaban la existencia del espíritu, aun cuando ello les llevara al absurdo, altratar de explicarse el orden, invención y designio que se revela en las obras de la Naturaleza. Pero hoy los sabios nos dicen… “La materia ha dejado de ser lo que era antes, ya que hallamos que sólo podemos expresarla entérminos de energía”. Si esto es así, ¿no será el Espíritu una forma superior de energía y Dios mismo la Energía Suprema e Inteligente de este misterioso universo, que ya hadejado de ser materia simple, para convertirse a nuestros ojos, abiertos por la ciencia, en un universo de luz condensada en formas materiales? De este modo, frases bíblicas como aquella de que “Dios es Luz y en Él no hay ninguna tiniebla” y la no menos enfática e incontestable “En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”, así como la afirmaciónde San Pablo “En Él vivimos y nos movemos y somos” (Hechos 16:28), se hacen mucho más inteligibles.
A. Todo lo que quiera, pero el caso es que nadie ha visto a Dios.
R. Es cierto, la misma Biblia lo dice: “A Dios nadie le vio jamás”, aunque algunas veces Él ha querido hacerse visible por medio de un desenvolvimiento o materialización de sí mismo. (La palabra no es del todo exacta, porque desconocemos la relación que existe entre la materia y el espíritu.) Esta manifestación de la Divinidad invisible se llama en el A.T. “el espíritu es una vieja cuestión que ha sido debatida en todas las edades. Comúnmente se ha sostenido que son dos cosas distintas entre sí, y naturalmente, los que querían ángel Jehová”, y en el N.T. lo hallamos realizado en la encarnación –en el seno de la Virgen María– del Dios hombre, Cristo Jesús.
Vea usted cómo fue profetizado su nacimiento: “Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña para ser contada entre las familias de Judá, de Ti saldrá el que será señor en Israel, y sus orígenes (o salidas exomai) son desde el principio, desde los días de la eternidad.” El lenguaje es muy judío, pero se revela aquí tanto la eternidad y divinidad del niño que nacería en Belén, como sus teofanías, o salidas del seno de la divinidad invisible para hacerse visible a sus criaturas. La salida aquí profetizada fue, empero, muy diferente a las anteriores. En ésta “el Verbo” se hizo carne para llevara cabo la maravillosísima revelación del amor de Dios, sufriendo por los hombres.