CAPITULO UNO
SIENDO GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO
Richard C. Hobbs
Nosotros debemos tomar el mensaje de Cristo para nuestras calles y permitir que el Espíritu Santo tome nuestras manos, pies y voces para este mundo. El Espíritu Santo quiere usarnos para compartir las Buenas Nuevas. Así como estudiamos cómo testificar con eficacia, podemos aprender juntos haciéndolo. Yo todavía estoy aprendiendo como testificar por el Espíritu Santo cada vez que lo hago en la calle compartiendo el mensaje con otros. A medida que usted aprenda más sobre el evangelismo, permitirá que el Espíritu Santo sea más real en usted que su mejor amigo. Permita que ser testigo de Cristo se convierta en su modo de vida. Muchos darán más testimonio con un equipo de gente en las calles que jamás lo hayan hecho solos en otro tiempo por su cuenta. Recuerde que Dios quiere que aprovechemos cada oportunidad para dar testimonio de Cristo. Escuchemos al Espíritu Santo y permitámosle que fluya en nosotros y nos guíe en nuestro testimonio. Nosotros debemos ser sensibles al Espíritu Santo y tomar la urgencia que el nos transmitirá. El nos dice que la mies es mucha, el tiempo es corto y los obreros son pocos. Nosotros debemos comenzar a testificar en las calles y salir puerta por puerta en las ciudades dónde vivimos.
Romanos 13
11 “y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”.
12 “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”
Este versículo es a menudo llamado “el amanecer de un Nuevo día. Yo me pregunto si el tiempo en este reloj celestial vuelve ahora mismo dos minutos hasta medianoche. Yo creo que estamos a minutos de ese mundo a medida que lo conocemos. El Señor nos advierte que ese día vendrá pronto y se terminará la oportunidad. Es tan importante que nos demos cuenta que muchos no verán la salida del sol mañana, porque nuestra vida es como vapor, y habrá muchos que mañana se encontrarán con la muerte. Mi llamado para evangelizar en las calles comenzó cuando me di cuenta que muchos que no han recibido a Cristo Jesús como Señor arderán en el infierno. Aunque Jesús murió en la cruz por todos, hay muchos que nunca han oído el evangelio y muchos no han tenido la oportunidad de recibir a Cristo. Nosotros debemos ser capaces de compartir el mensaje del evangelio con este mundo perdido y hacerlo pronto. ¿Esta usted hoy preparado para salir a la calle y evangelizar puerta a puerta?¿Esta usted listo para responder a esta pregunta?
1º Pedro 3
15 “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
El Señor estableció el camino para que todos y cada uno tenga la oportunidad de recibir a Cristo. Esta es la palabra que cambiará los corazones si la semilla del evangelio se siembra en sus vidas. He podido ver muchas veces a las personas cambiar cuando la Palabra de Dios se sembró en sus corazones.
2º Pedro 1
11 “Por que de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro >Señor y Salvador Jesucristo”
Salmos 119
130 ”La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples”.
Cuántos de ustedes quieren animarse a ir más lejos y ser intrépidos y animarse a compartir el evangelio con otros. Yo los desafío a que comiencen un ministerio de evangelismo en las calles y aprendan a dar testimonio de lo que Cristo hizo en sus vidas. Nosotros debemos aprender cómo ser guiados por el Espíritu Santo. Nuestro testimonio será más efectivo si nosotros somos guiados por El. Únicamente el Señor conoce los corazones de los hombres. El Señor nos dará las mejores oportunidades para compartir su Palabra con los perdidos. Permita que Dios lo guíe cada vez que salga con un equipo para evangelizar en la calle. Yo comparto que siempre saldremos a encontrarnos con las personas que Dios ha preparado para recibirnos. Y a menudo, tenemos muchos frutos de personas que deciden aceptar a Cristo. Cuando somos guiados por el Espíritu Santo hacemos las cosas con gozo. Y me emociono cada vez que una persona decide aceptar a Cristo.
Abajo tenemos algunos ejemplos del Señor guiándome a las almas perdidas. Esas experiencias han sido maravillosas experiencias. Las palabras son limitadas para describir lo que ha significado que esas personas aceptaran a Cristo. Yo espero que esas historias puedan motivarlo para que usted bajo la guía del Espíritu Santo haga lo mismo. Nosotros compartimos estas historias como un testimonio del poder y de la gracia de Dios en la salvación de las almas, para animarlo. Nos damos cuenta que nada podemos hacer sin la ayuda del Señor. Esto nos hace ver que nuestro testimonio no depende de nuestras habilidades. Nosotros esperamos que usted pueda ver que Dios se está moviendo por todo lugar y en los corazones de muchos. Estas historias describen solamente algunas de las muchas experiencias que tenemos de nuestro trabajo en las calles.
Llamado a ir al Parque
Una tarde cuando yo estudiaba la Biblia, me pareció que Dios me llamaba a ir a la plaza de mi barrio. Yo no respondí al primer llamado y continué estudiando en mi cuarto. El Señor me llamó por segunda vez, entonces yo respondí inmediatamente y fui. Conduje hasta el parque de la ciudad y observé que solamente había un solo vehículo estacionado. Eran casi las 9:30 hs. de la noche y el parque estaba muy tranquilo. Yo camine hasta uno de los bancos y me senté. A medida que iba a sentarme observé que en el auto había un hombre y una mujer abrazándose. Yo me senté y no pude verlos más, pero comencé a orar por ellos. Al poco tiempo ellos bajaron del auto y comenzaron a caminar hacia mi, pero con la intención de pasar de largo. Yo le dije algo para iniciar una conversación, y el hombre se detuvo para hablar conmigo. Yo me acerqué hacia ellos y me presenté. Y les conté que Dios me había guiado al Parque. El se sintió emocionado por saber que Dios hacía eso y que alguien era obediente a Dios en este tiempo. Yo oré por ellos y ellos lo agradecieron. También aceptaron a Cristo y pude regalarles una Biblia El hombre y la mujer, ambos tenían sus propias familias y esa noche habían decidido cometer adulterio. Dios intervino en la vida de esas personas para evitar el pecado y sus consecuencias y fueron tocados por su gracia. Yo los alenté a seguir a Cristo a cualquier costo y a hacer las cosas correctas.
Nos despedimos, y el hombre antes de volver a su auto me dijo: "Quiero agradecerle mucho por haber venido al Parque esta noche y hablarnos, para mí ha significado mucho. Muchas gracias”
Irónicamente, yo estaba trabajando en un libro titulado: “El cronómetro espiritual de Dios”. Cuando Dios me llamó al Parque esa noche., fue una maravillosa experiencia en Su tiempo y pude ver como Dios me permitió alcanzar esas vidas con el evangelio.
Isaías 12
3 ”Sacaréis con gozo aguas de las Fuentes de la salvación”.
Ve a un callejón en Sallisaw en Oklahoma a 30 millas de dónde yo vivo.
Un gozoso fin de semana que yo nunca podré olvidar fue un sábado a la tarde, que el Espíritu Santo me guío a ir a otra localidad a más de 30 millas de dónde yo vivo. A un callejón en Sallisaw, Oklahoma,. Cuando yo llegué a ese callejón, un hombre joven caminó hacia mi. Yo le dije: , "El Señor oyó tu oración esta mañana y yo estoy aquí para hablar contigo". Vino una profunda convicción del Espíritu Santo y este hombre fue tocado para oír la Palabra de Dios y entregar su corazón a Cristo.
Muchos buscan señales y milagros en campañas y pierden la oportunidad de ver el acto más poderoso del Espíritu Santo salvando las vidas en la misma calle dónde viven. Si tan sólo siguiéramos la guía del Espíritu Santo y fuésemos siervos de nuestro Señor Jesucristo.
Un chofer de camiones me guió hasta mi pueblo.
Una tarde estábamos viajando de regreso después de haber visitado a un amigo que estaba enfermo, quien vivía al sur de Fort Smith, Arkansas. Mi familia y yo estábamos acompañados por una amiga que también era una evangelista y compañera de oración. Cuando volvíamos a casa ella vio a un hombre en un camión cargado. Cuando lo vimos, nosotros sentimos de orar por él. Inmediatamente le preguntamos al Espíritu Santo si algunos de nosotros debíamos ir para hablarle de la salvación y guiarlo a los pies de Cristo. Ella continuó en oración y de repente observamos que el camionero se estacionó.
Nosotros seguimos hasta un hotel, y dejamos de lado el hecho de ser evangelistas, y continuamos conversando por un rato más. Salimos del hotel y volvíamos para nuestra casa, y para nuestro asombro, nos encontramos de nuevo al camión yendo en la misma dirección que nosotros, rumbo a Arkansas River bridge. Una vez más, oramos por su alma, y nos dimos cuenta que íbamos en la misma dirección. Yo le dije a mi familia: "Si él dobla hacia el norte, yo lo quiero seguir hasta dónde se pare, y testificarle de Cristo". Nosotros comentábamos sobre la posibilidad de que Dios haya hecho paralelos nuestros viajes. Nosotros estuvimos de acuerdo en que algo estaba sucediendo. El camión continuaba su marcha hasta que se estacionó en un almacén a pocas cuadras de mi casa. Yo hablé con mi familia y regresé rápidamente. El todavía estaba en el estacionamiento sentado en su camión. Yo salí de mi auto y fui hacia el estacionamiento y me acerqué a él. Al principio parecía renuente a bajar el vidrio de su ventana y hablar conmigo. Le dije que quería hablar con él. Finalmente aceptó y bajó su vidrio. Me presenté a él, y le pregunté si no creía que Dios mismo estaba queriendo tratar con él. El me preguntó, cómo yo lo sabía. "¿Usted recuerda que se estacionó en un parque cuando venía para Fort Smith?" El contestó: “Si, yo me acuerdo de un vehículo que se estacionó y algunas personas en su interior me miraron. Creo que eran ustedes. Yo pensé que mi bocina los había molestado". Yo le dije que cuando lo vimos nos pusimos a orar por él. Eran dos minutos antes de la medianoche y estábamos en mi pueblo. Yo le pregunté si él pensaba que Dios había arreglado todo esto. El me dijo que pensaba que Dios estaba haciendo algo. Y confesó que había estado cinco años en la cárcel y que era un ex-convicto y que recientemente había sido liberado. Y me dijo que no se sentía digno de lo que Dios pudiera estar haciendo por él. Yo le aseguré que Dios lo amaba y que quería cuidarlo. Y que si no fuera así yo no tendría por qué estar hablando con él en medio de una noche tan fría. Lo invité a aceptar a Jesucristo como su Salvador y le expliqué las Escrituras. El entregó su vida a Cristo y me contó sobre su maravillosa familia y su deseo de volver a su casa. El dijo: "Yo estaba perdido, pero ahora sé lo que tengo que hacer". Yo oré para que tuviera un viaje seguro de regreso a los suyos.
Yo estaba muy emocionado por lo que Dios me permitió hacer. Aunque yo podía testificar de esto, no podía creer lo que estaba aconteciendo. Yo no podía entender todavía como todo esto había sucedido. Yo sólo sé que pude ver la mano de Dios sobre la vida de ese hombre y cuánto Dios lo amaba. Todo lo que pude hacer para Dios esa noche, fue valioso para ver a ese hombre entregándose a Cristo.
Así como Dios me mandó a hablarle a ese hombre, me preguntaba a cuántos el Señor le habrá pedido que le testificaran de su amor en los 490 millas de su viaje desde Houston, Texas hasta Fort Smith, Arkansas. El había salido temprano esa mañana de Houston para hacer una entrega en Missouri.
A cuántas personas Dios le habrá pedido para que le hablaran a ese hombre. Ninguno respondió para hablarle mientras este hombre paraba por comida o descanso. Solamente Dios lo sabe.
Conduciendo hacia el Parque
Yo estaba conduciendo hacia la Universidad, para tomar mi clase cuando cruzando el Parque en Fort Smith me pareció que me hablaba el Espíritu Santo. Fue por unos pocos minutos antes de que la clase comenzara y El me guió a cruzar la calle hacia la iglesia. A medida que caminaba iba orando y cuando atravesé todo el Parque fui hacia la cancha de Básquet donde estaba un hombre con su hijo.
Yo comencé a hablar con este hombre e inmediatamente descubrí que este hombre no sabía nada de Dios. Era una persona buena, pero nunca había recibido a Cristo como su Salvador personal. El confesó que por mucho tiempo había pensado que tenía que hacer una decisión por Cristo. Entonces le dije que: “Este era el día que podía orar para recibir a Cristo”. Que justamente era eso lo que Dios quería que hiciera. Porque El preparó este momento y este encuentro en el Parque y también sus corazones para este propósito. Y que yo estaba muy agradecido que Dios me permitiera cosechar almas para Su reino en esta área.
Siempre el testimonio efectivo es la respuesta de horas y horas de oración de alguien que ama las almas La convicción era muy fuerte sobre mí y yo supe que ese día iba a ser un buen día para testificar mientras iba de camino a la iglesia a enseñar a otros sobre el evangelismo.
Hagamos lo que Dios quiere que hagamos y seamos de esa manera Sus manos y Sus pies en este mundo. El tiempo es corto y los obreros son pocos.
Lección uno
Discusión en grupo
- Mencione las diferentes formas que tiene de compartir el evangelio con otros.
- Mencione algunas oportunidades que usted ha tenido de compartir el evangelio con otros, con los cuales no se sintió con confianza o seguro para guiarlos a Cristo.
- Describa cómo el Espíritu Santo le habla. Comparta las diferentes formas que El le habla a la gente.
Estudio Bíblico
- Investigue en las Escrituras y encuentre referencias en el Nuevo Testamento que describan la guía del Espíritu Santo en una vida.
Hechos 21:4, Hechos 8:29, Hechos 16:6, Hechos 10:19-20
- Estudie la vida de testimonio de Jesús por medio de su conversación en los Evangelios.
Mateo 16:13-15, Juan 14:1-12, Mateo 5:1-12, Mateo 23:37-39, Juan 6:28-65, Lucas 7:39-50, Mateo 13:1-52
Tareas
- Ore y pídale al Espíritu Santo que ponga el corazón de Dios en usted por los perdidos y lo guíe en una vida de testimonio.
- Invierta más tiempo de oración por los pedidos de su comunidadidad