Capítulo 15
Un viaje a lo desconocido
Ps. Fernando Alexis Jimenez
Ocurrió con Abraham. Dios le dijo: --Vete de tu tierra y de tu parentela a la tierra que te mostraré.
Igual con Moisés: --Sacarás a mi pueblo de Egipto y los llevarás a la tierra que te mostraré.
Dos escenas diferentes en espacios de tiempo absolutamente distintos, pero con un elemento común: el Señor les asignó una misión aunque no les entregó el itinerario completo del viaje. Algo así como un Rally, ¿los ha visto? Los competidores encuentran, en cada objetivo cumplido, una nueva pista que los conducirá a la meta.
Ese hecho determinada que debieron aprender a desarrollar confianza en el Creador. Esa confianza iba acompañada de varios elementos: el primero, reconocer su imposibilidad humana de poder cumplir la tarea a menos que acudieran a las fuerzas de Dios. Este es sin duda uno de los aspectos de mayor trascendencia en la vida de todos aquellos que sirven al Rey de reyes y Señor de señores.
El segundo aspecto radica en vivir el presente sin afanarse por los compromisos que vendrían mañana. En muchas ocasiones deseamos desarrollar la tarea pastoral en un solo día, nos agotamos sin razón y terminamos rendidos a la desesperanza. Cumpla su labor hoy. Si tiene forma, adelante algo de mañana, pero si solamente cumplió lo dispuesto para este día, ¡Gloria a Dios!.
Un tercer elemento interesante lo representa asumir que, si estamos en el centro de la voluntad de Dios, las cosas saldrán bien.
Por último, asumir el hecho de que Dios dará una salida cuando, en cumplimiento de la misión, encontramos grandes obstáculos a nuestro paso.
En conjunto estos principios deben conducirnos a uno que sintetiza estas enseñanzas que se desprenden de liderazgo en la “Escuela de Dios”: quien ocupa una posición relevante en el servicio de la obra, debe estar preparado para hacer ajustes a los planes.
Generalmente tenemos una visión de las cosas y sobre cómo podrían terminar. Eso forma parte del empeño equivocado de tener todo bajo nuestro control. Cuando algo se sale de las manos, entramos en crisis. De ahí que, cuando encontremos inconsistencias con aquello que esperábamos que ocurriera, antes que salir corriendo presa de la angustia, es necesario prepararnos para introducir modificaciones a los planes iniciales. Esta pauta de vida tiene aplicación en la vida secular pero también en el desenvolvimiento eclesial.
Ahora ¡Lo difícil!
Si las plagas que trajo Dios sobre Egipto desataron animadversión sobre Aarón y Moisés, mucho más el anuncio que haría días después. El Señor le mandó a alertar al monarca sobre la muerte de los primogénitos, no solo de los egipcios sino también de sus animales (Éxodo 12:29). Le debería advertir que producto de la manifestación divina, ellos le pedirían a los israelitas que se fueran cuanto antes de su territorio (vv.31-33).
¿Cumpliría usted con agrado una tarea así? Sin duda que lo pensaría dos veces; sin embargo a los hombres que Dios utiliza no les corresponde cuestionar sino obedecer.
Además, el Señor dispuso poner gracia sobre los moradores de aquél país para que dieran a los hebreos joyas y objetos de valor, lo que sin duda ni siquiera pasó por la imaginación de Moisés apenas recibió la encomienda (vv.35, 36).
Cierto día hablaba con un evangelista internacional. Su mayor sorpresa—según me explicó—era la forma como Dios lo llevaba a nuevas alturas en la tarea evangelizadora. ¿Cuál fue el secreto? Lo resumió en tres principios: obedecer a Dios, desarrollar confianza en Él y esperar instrucciones sobre el nuevo paso que debía de dar.
Cuando caminamos tomados de la mano del Creador, Él nos llevará por camino seguro. No es fácil que comprendamos lo que está ocurriendo, pero si confiamos, la paz embargará nuestro corazón.
Es similar a cuando usted viaja en avión. No cuestiona los pasos que dio el piloto al momento de emprender el carreteo de la aeronave en la pista, la carrera de impulsión y mucho menos el decolaje. Usted espera que todo transcurra dentro de los límites previsibles. Igual con Dios, él obrará para bien nuestro y el de quienes nos rodean.
¿Y ahora qué?
Dejar Egipto implicaba volver la página de un amargo capítulo en el que los israelitas estuvieron 430 años en cautividad. La salida de Rameses aquella noche, la emprendieron seiscientas mil personas que emprendían camino a la libertad (Éxodo 12:37, 38).
Ahora, ¿por qué no hicieron un tránsito rápido entre territorio egipcio y la Tierra Prometida? Porque el pueblo hebreo no estaba preparado para enfrentar los filisteos y las muchas dificultades que se iban a desprender de atravesar sus propiedades. Lo más probable es que se hubiesen desalentado (Éxodo 13:17, 18).
La pregunta natural es, ¿Adónde vamos? Usted seguramente la haría. Yo mismo me he formulado este interrogante una y mil veces cuando, andando en los caminos de Dios, he encontrado a mi paso situaciones que están por fuera de mi comprensión. Es algo que nos ha ocurrido a todos.
En la vida secular y eclesial se conjugan este tipo de períodos de incertidumbre; cuando nos asalten, es necesario ir a Dios en oración para que nos enseñe el sendero a seguir. De algo que no podemos dudar en absoluto, es que nos enseñará el sendero más apropiado.
En el caso de los israelitas, el Señor que tiene todo cuidadosamente calculado y quien responde a nuestro clamor en procura de ayuda, les guió durante el día con una nube y en la noche, a través de una columna de fuego. De esta manera, además de emprender jornadas permanentes, tenían asegurado el hecho de que irían en el camino indicado, aquél que estaba en los planes del Altísimo.
¿Sigo adelante, me detengo o me regreso?
Imagina por un instante que va en su auto conduciendo a través de una autopista desconocida. A oscurecido y le urge llegar al poblado mas próximo. E pronto falla el sistema de luces. Y usted, en medio del camino, deja que llegue a su mente y a su corazón una pregunta que paraliza: “¿Y ahora qué hago, ¿Sigo adelante, me detengo o me regreso?”
La inquietud llegó a los israelitas cuando iniciaron el trasegar por el desierto. Dios de antemano sabía que el sendero que seguían llevaría a que el Faraón y sus ejércitos consideraran que estaban atrapados (Éxodo 14:1-4). Sin embargo no era así; todo formaba parte de los planes infinitos de nuestro amado Dios.
Es probable que en su existencia ocurran hechos que no se explica. Si tiene la certeza de estar caminando de la mano del Señor, es evidente que por medio de esas circunstancias, aprenderá algo nuevo que le servirá en su vida personal y ministerio (Romanos 8:28).
Dios mismo lo tenía definido así. “Lo hago así para glorificarme en lo que haga el faraón y a todos sus ejércitos, y para que los egipcios sepan que yo soy Jehová. Ellos acamparon donde Jehová les había dicho”(Exodo 14:4. Versión La Biblia al Día, paráfrasis).
La reacción de Faraón fue para su perdición y la de sus súbditos. Igual para quienes pelean contra un hijo de Dios, se estrellan contra un enorme muro. En todo instante el Señor es nuestro ayudador.
“Toda la caballería del faraón, caballos, carros y conductores, fue usada en la persecución. El ejército egipcio divisó al pueblo de Israel acampado en la costa, cerca de Pihahirot, frente a Baalcefón”(Exodo 14:9. Versión La Biblia al Día, paráfrasis).
Obviamente el que surgieran inconvenientes, desencadenó incertidumbre y temor entre los israelitas. Es probable que ante la inminencia de peligros o problemas a usted también lo asalte la ansiedad. Contrario a lo que muchos piensan, antes que un pecado es una reacción normal, previsible. Negarse a esas emociones genera un estado de desaliento cada vez mayor.
Cuando vengan situaciones así a su existencia, reconozca que está atravesando por un momento complejo, pero inmediatamente vuelva su mirada al Creador en procura de ayuda, la cual sin duda vendrá.
“...y se atemorizaron en gran manera, y clamaron a Jehová pidiendo ayuda”(v. 10 b).
No olvide que ante emociones que nos afectan y nos llevan a la desestabilización, es importante retomar el control depositando toda nuestra confianza en Dios. Observe que hemos utilizado varias veces la palabra confianza. Es esencial que la manifestemos en nuestra vida cuando se trata de la intervención divina. Un principio que usted debe asumir es depositar su confianza en el Todopoderoso cuando surgen obstáculos en el camino.
Asumir las responsabilidades
Algo curioso que enfrentan los líderes en el plano secular o eclesial, es que cuando algo se sale de su presupuesto mental, buscan inmediatamente a quién echarle la culpa. Y los que llevan la peor parte, en buena parte de los casos, son aquellos que están ejerciendo el liderazgo.
Moisés no fue la excepción. El pueblo se volvió en su contra. Le dijeron: “¿Nos has traído para morir en el desierto por que no había suficientes tumbas en Egipto?¿Por qué nos hiciste subir de Egipto?”(Éxodo 14:11. Versión La Biblia al Día, paráfrasis).
Un líder consciente de su compromiso, no renuncia ni vuelve atrás. “Pero Moisés le dijo al pueblo: No teman, quédense donde están y observen la forma maravillosa en que Jehová los salvará en este día. Los egipcios que ven, no los volverán a ver nunca mas. Jehová peleará por ustedes y no tendrán que levantar un solo dedo”(Exodo 14:13, 14. Versión La Biblia al Día, paráfrasis). Sobre esta base, la tarea de los israelitas era confiar en Dios y avanzar.
Dios dará la salida
Cuando vengan problemas, tenga la certeza de que Dios responderá ofreciendo una salida. Incluso, aquella que usted menos imagina. Si está caminando en el centro mismo de la voluntad del Señor, Él le mostrará qué camino seguir para salir del laberinto.
“Jehová le dijo a Moisés:--Deja de orar y dile al pueblo que marchen. Extiende tu vara sobre las aguas, y el mar abrirá un sendero delante de ti, y todo el pueblo de Israel podrá cruzarlo como en tierra seca. Yo he engrandecido el corazón de los egipcios, y ellos los seguirán, y verán como honro mi nombre derrotando al faraón, con todos sus ejércitos, sus carros y sus caballos. Todo Egipto sabrá que yo soy Jehová”(Exodo 14:15, 18. Versión La Biblia al Día, paráfrasis).
Todo cuanto hace nuestro amado Creador es perfecto. Absolutamente nada escapa a su control. Y tal como lo prometió, lo cumplió. Su ángel acompañó a los israelitas (v. 19) y empañó con densa oscuridad la distancia que separaba a los egipcios del pueblo de Dios.
Y en el momento oportuno, ni antes ni después, Él abrió el mar Rojo (v. 21) de tal manera que “¡El pueblo de Israel caminó a través del mar por tierra seca!”(v. 22). Cuando terminaron su tránsito, Dios ordenó a Moisés extender su vara sobre la inmensa masa de agua detenida a lado y lado. “Moisés lo hizo así y el mar regresó a su posición normal bajo la luz de la mañana. Los egipcios trataron de huir, pero Jehová los hizo ahogarse en el mar. El agua cubrió el sendero, los caballos y sus jinetes. Y todo el ejército del faraón que perseguía a Israel a través del mar pereció”(versículos 27, 28).
Dios cumplió en los hebreos su plan. Ellos se dispusieron, y aquello que prometió, ocurrió.
Usted inició como líder una tarea a la que no debe renuncia hasta tanto se lleve a cabo. Jamás olvide que si Aquél que todo lo puede, le llamó, Él le conducirá al pleno cumplimiento del cometido. Hay tres palabras que deberá recordar nuevamente como principios de un liderazgo eficaz: confianza en Dios, espera en Dios y perseverancia con ayuda de Dios... ¿Está dispuesto a proseguir?
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
1. Abraham y Moisés desarrollaron ______________________ en el Creador.
2. ¿Cuáles son los cuatros elementos que acompañan la confianza en el Señor?
3. Quien ocupa una posición importante en la obra del Senor debe estar preparado para hacer _______________________a los planes.
4. A los hombres que Dios utiliza no les corresponde ______________________ sino _____________________.
5. Mencione tres principios que lo llevarán a tener éxito en su llamado
6. Cuando se presentan períodos de incertidumbre es necesario ir a Dios en ___________________para que nos muestre el ___________________a seguir.
7. ¿A usted como líder (y sobre todo Cristiano)… le podría dar ansiedad?
8. La ansiedad en los momentos difíciles… ¿lo descalifican como líder?
9. Cuando surgen obstáculos en el camino debemos _____________________________en el Señor.
10. Un líder consciente de su compromiso, no ___________________ ni vuelve ________________.
11. Hay tres palabras que deberá recordar nuevamente como principios de un liderazgo eficaz: ___________________ en Dios, _____________________en Dios y ___________________con ayuda de Dios.